EL proyecto se sitúa en el distrito de San Isidro, centro financiero de Lima. Próximo a la costa, rodeado por numerosas y amplias áreas verdes, entre las que destaca el Lima Golf Club, así como por antiguas casas señoriales. San Isidro es un moderno y bello al mismo tiempo.

 

Dos conceptos fundamentales están ligados al edificio, por una parte, el tiempo; el diálogo entre el pasado y el futuro de Perú, Lima y San Isidro, y por otra, la relación con el entorno, la voluntad de crear una arquitectura que refleje literalmente San Isidro.

 

Se generan tres volúmenes, tres escalas que dialogan. El espejo-periscopio recorre el edificio de arriba a abajo reflejando a nivel de peatón imágenes captadas del entorno inaccesible a pie de calle, como son la visión del mar o del cielo de lima. El periscopio capta el presente, se proyecta en el futuro a través de las grietas. A partir de esta idea comienza a asimilarse la geometría accidentada de la grieta, las incidencias de la historia que transforman los ángulos del edificio. Las grietas acentán la verticalidad del edificio y dirigen la mirada del viandante hacia el cielo,el futuro.